El campo de refugiados de Kakuma es el segundo más grande de África. Está situado en el condado de Turkana, al norte de Kenia, cerca de la frontera con Sudán del Sur. La región es semiárida, con escasas precipitaciones anuales. La temperatura en el campo alcanza los 36 grados y más de forma regular, con tormentas de arena la mayor parte del año. Las duras condiciones climáticas dificultan la agricultura y los cultivos, por lo que llevan una vida de pastores: crían ganado vacuno, cabras, ovejas, etc.

A los refugiados que se incorporan al campo se les proporciona una parcela de tierra y ciertos materiales que necesitan para cubrir sus necesidades básicas (alojamiento, ropa, comida, etc.). Tienen derecho a utilizar la parcela que se les asigna, pero no a explotarla ni a ampliarla. Esta normativa impide a los refugiados participar en actividades y proyectos agrícolas que requieren un gran acceso a la tierra para explotarla y mantener su alimentación. Además, las políticas de acampada y la inseguridad de la región impiden a los refugiados adoptar una vida de pastores, obligándoles a permanecer en el campo de refugiados, donde no pueden producir alimentos mediante la agricultura.

El campo de refugiados de Kakuma fue inaugurado conjuntamente por el gobierno de Kenia y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en 1992 para acoger a los niños perdidos, refugiados adolescentes sursudaneses procedentes de Etiopía y Sudán del Sur. A lo largo de los años, personas procedentes de la República Democrática del Congo, Somalia, Sudán, Ruanda, Uganda, Burundi, Etiopía y más de otros diez países buscaron asilo o refugio en el campo. En la actualidad, más de 160.000 refugiados y solicitantes de asilo residen en el campo. También hay más de 60.000 miembros de las comunidades de acogida que viven en los alrededores del campo de refugiados. Otras 80.000 personas viven en el cercano asentamiento de Kalobeyei, incluidos 20.000 miembros de la comunidad de acogida. Como resultado, hay personas de varias tribus con diversos orígenes lingüísticos, culturas, religiones y antecedentes económicos.

Los residentes de Kakuma se enfrentan a muchos retos. Pobreza, escasa educación, mala calidad de los servicios sanitarios, violaciones de los derechos humanos, injusticias y mala nutrición, entre otros. El Programa Mundial de Alimentos apoya la nutrición de los refugiados proporcionándoles raciones mensuales de comida, programas de alimentación escolar y alimentos suplementarios para mujeres embarazadas y niños en las clínicas. Sin embargo, según los ejercicios de validación territorial realizados este año, el reto de la mala nutrición se ve alimentado por las prácticas culturales desfavorables entre los refugiados, la financiación insuficiente de las actividades del Programa Mundial de Alimentos y el escaso acceso a diversos alimentos nutritivos entre los refugiados. Por ejemplo, los refugiados y los miembros de la comunidad de acogida utilizan los suplementos alimenticios para niños y mujeres embarazadas como golosinas, en lugar de como una solución medicinal para apoyar la salud de las mujeres embarazadas y los niños. Estos suplementos son consumidos por usuarios no deseados, ya que se venden ilegalmente a cualquier comprador en las tiendas. Simultáneamente, el Programa Mundial de Alimentos ha ido reduciendo la ayuda que presta debido a la escasez de fondos. Además, la normativa vigente, la mala situación económica de muchos habitantes de Kakuma y el escaso acceso a tierras explotables impiden a los residentes de Kakuma producir alimentos o importar alimentos adecuados.

Las deficiencias nutricionales, en particular la carencia de hierro, folato, vitaminas B12 y A; las hemoglobinopatías; y las enfermedades infecciosas causan anemia entre los niños y las mujeres embarazadas del campo de refugiados. Los niños y las mujeres embarazadas que padecen anemia suelen manifestar fatiga excesiva, debilidad, mareos y dificultad para respirar, entre otros. Esta afección afecta al sistema inmunitario de los niños y aumenta su vulnerabilidad a los efectos de infecciones como la malaria. En conjunto, la anemia y las enfermedades infecciosas hacen que muchos niños mueran antes de los 5 años en el campo de refugiados. La probabilidad de que los niños nacidos de madres anémicas sobrevivan a los primeros 5 años es baja en comparación con los niños nacidos de madres no anémicas. Los niños anémicos que sobreviven después de los 5 años suelen experimentar tasas de crecimiento bajas. Esto impide a muchos de ellos seguir una educación formal y un aprendizaje adecuado en la infancia puediendo tener efectos negativos en el futuro del niño.

• Cooperación con los hospitales del Comité Internacional de Rescate: Hablar con el hospital para generar un protocolo para identificar mujeres embarazadas y niños menores de 5 años que necesiten formar parte de los beneficiarios de Nutri-Kakuma.
• Evaluación de la comunidad: Identificar mujeres embarazadas y niños menores de 5 años que necesiten apoyo en diferentes comunidades.
• Solicitar acceso a la tierra: Realizaremos un seguimiento con la administración del condado para solicitar permiso para utilizar el espacio libre en Kakuma que hemos identificado.
• Diseñar una estrategia de educación nutricional: Esta estrategia implica la comunicación directa con los profesionales de salud pública seleccionados para diseñar conjuntamente una estrategia de educación nutricional.
• Formación en agricultura sostenible: Formaremos a los miembros de los hogares (incluidos los cabezas de familia) con niños menores de 5 años y/o mujeres embarazadas sobre la agricultura sostenible de la moringa y otros cultivos ricos en hierro. También formaremos a algunas mujeres embarazadas que no sean necesariamente cabezas de familia.
• Formación en acompañamiento nutricional: Formaremos a los miembros de los hogares sobre la importancia de permitir que los niños y las mujeres embarazadas consuman alimentos complementarios del PMA. Esto también incluye capacitarlos sobre la importancia de incorporar alimentos nutritivos en sus dietas.
• Cultivo de moringa: Cultivar moringa y otros cultivos ricos en hierro en el huerto comunitario y en muchos huertos familiares.
• Evaluación: Evaluar el impacto del proyecto al final de cada semestre.

Resultados inmediatos

• 1 Protocolo de articulación entre el Hospital y Nutri Kakuma.
  
• Selección de más de 600 personas para beneficiarse de la iniciativa Nutri Kakuma.
• 1 Espacio para el cultivo de moringa. 
• 1 Plan de estudios y hoja de ruta para guiar el programa de formación.
• Llegar al menos a entre 170 y 200 hogares a través de la formación en agricultura sostenible.
• Llegar a más de 600 personas (o al menos 100 hogares) a través de la formación en acompañamiento nutricional.
• Crear al menos 170 huertos domésticos en los hogares de los alumnos donde cultiven moringa y otros cultivos ricos en hierro. 
• 2 clases de formación durante 12 días al mes durante 6 meses. La formación se centra en la agricultura y la nutrición sostenibles de la moringa durante 6 meses para una cohorte de 100 alumnos. Habrá 2 cohortes en el primer año para ambas formaciones.
• Identificar las mejoras a realizar en el futuro y evaluar el impacto logrado en cada semestre.

Impacto esperado

• Disminuir la población con anemia en el campo de refugiados en un 50%.
• Disminuir la población con anemia en el área de Hong Kong en un 5%.
• Aumentar el consumo de Moringa y alimentos ricos en hierro en más de un 500% en las familias seleccionadas.
• Mejorar la salud del 85% de los niños y mujeres embarazadas anémicos del programa.

• Programa Mundial de Alimentos (Organización de las Naciones Unidas)
• Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados
• Servicio Jesuita para Refugiados
• Club VIjana Twaweza
• Comité Internacional de Rescate 

• Junior Glory Lukambo. Secretaria y cofundadora del Vijana Twaweza Club (lukambojuniorjunior@gmail.com).
• Luundo wa Luundo. Fundador y Director de Vijana Twaweza Club (luundodieumerci80@gmail.com). 
• Nyasunday Bol. Facilitador de aprendizaje en Vijana Twaweza Club (soniabol2016@gmail.com).
• Beatrice Kotola. Comisionada del subcondado (navututubeatrice@yahoo.com). 
• Susan Mwangi. Profesora asociada de la Universidad de Tangaza.
• Ekai Clifford Lopuskou. Oficial de Medio Ambiente del Departamento de Servicios a los Refugiados.